martes, 11 de noviembre de 2014

CABARETS DE BUENOS AIRES

Ese Buenos Aires que no conocimos.. pero lo recuerdan algunos viejos tangos..
 
 
 
El Chantecler
El cabaret Chantecler estaba al lado del Teatro Comedia, en Paraná entre Lavalle y Corrientes. Se inauguró en diciembre de 1924 y durante la década del 30 también se lo llamó "Vieux Paris" y su frente estaba decorado con un molino y detalles de Montmartre.
La orquesta emblemática era la de Juan D'Arienzo. El animador y hombre de relaciones públicas fue Ángel Sánchez Carreño, "El Príncipe Cubano". Fue demolido en 1960 y evocado por Enrique Cadícamo en su tango "Adiós Chantecler".


Lo de Hansen.
Restaurante que fue fundado en 1877 por el inmigrante alemán Juan Hansen, en la Avenida de las Palmeras (actual Avenida Sarmiento), en Palermo. Es considerado por muchos como una de las cunas del tango. La construcción fue demolida en 1912. Era, para la época en que existió, un lugar muy retirado de la ciudad, desde el cual podía observarse el Río de La Plata. Hansen fue su propietario hasta el día de su fallecimiento en el año 1892. El café continuó abierto hasta 1912, dirigido por Anselmo Tarana. Hay distintas versiones sobre si se bailaba o no en el lugar, así como quienes fueron los que lo frecuentaron. En opinión del historiador Enrique Puccia, en las primeras horas se daba el desayuno a los niños, a media mañana leche y yema batida para jinetes y ciclistas. A la tarde merienda o aperitivo. Al anochecer se cenaba.
A la noche los amantes del tango llegaban para disfrutar de esa música que allí se tocaba. Felipe Amadeo Lastra aseguraba que: no se bailaba, estaba prohibido como en todos los sitios públicos. Recién se pudo bailar en el Pabellón de las Rosas, primera Boite que hubo en Buenos Aires.
En 1912 fue hecho demoler por orden del intendente Joaquín S. de Anchorena, para realizar una ampliación de los accesos al velódromo. "El esquinazo": A comienzos del siglo XX, la ejecución de este célebre tango de Ángel Villoldo provocaba un excesivo entusiasmo en el público, que casi llegó a demoler el local al acompañarlo golpeando mesas y cristales, lo que llevó al dueño a prohibir a los músicos que lo tocaran.



MARABÚ:
Se inauguró en 1934 y estaba en Maipú 359, entre Sarmiento y Corrientes. Allí debutó Aníbal Troilo el 1° de julio de 1937. En la entrada había un cartel que decía: "Todo el mundo al Marabú/ La boite de más alto rango/ donde Pichuco y su orquesta/ hará bailar buenos tangos".
Pero el conjunto que actuó por más tiempo fue el de Carlos Di Sarli. Entre sus asiduos concurrentes se destacaba Miguel Bucino que se lucía bailando con las chicas.



El Pabellón de las Rosas
Estaba en lo que ahora sería Av. Libertador y Tagle, vecino del Armenonville. Se inauguró con la orquesta de Vicente Greco, a la que siguió la de Roberto Firpo. Era muy señorial. Además del salón de baile, tenía restaurante y pista de patinaje. Ocasionalmente se dieron también funciones de teatro. Una vez al año los estudiantes de medicina daban los "bailes de internado". La última actividad bailable del Pabellón de las Rosas fue durante 1929, en Carnaval. Al llegar Cuaresma fue cerrado, y para Pascua se lo demolió.



LES AMBASSADEURS:
Los propietarios del Armenonville adquirieron la manzana comprendida entre Canning (Hoy Scalabrini Ortiz), Salguero, Av. Centenario (Hoy Figueroa Alcorta), predio en el que actualmente están los estudios del Canal 9 de TV y habilitaron el segundo Armenonville, pero llamándolo "Les Ambassadeurs". No tuvo el éxito del anterior.



EL ARMENONVILLE:
Tal vez el cabaret más lujoso que tuvo Buenos Aires desde aquellos años del primer Centenario de la Revolución de Mayo. Según constaba en las tarjetas de la época, el Armenonville estaba en "Avenida Alvear (actualmente Del Libertador) esquina Tagle - Unión Telefónica 533 - Palermo" y sus dueños se llamaban Carlos Bonifacio Lanzavecchia y Manuel Loreiro. Lo habían inaugurado en la temporada de verano de 1911-1912 y funcionó hasta finales de los años 20. Su edificio principal era un gran chalet de estilo inglés rodeado de jardines con mucho verde. En ese espacio había una gran terraza con mesas y sillas donde iban a cenar muchas de las aristocráticas familias porteñas. Por ejemplo Marcelo T. de Alvear y su esposa Regina Pacini.
En la planta baja estaba el salón de baile, donde se destacaban una gran araña con caireles de cristal y los grandes espejos que se alternaban con el empapelado de las paredes. Hacia los laterales, y separados por rojos cortinados de terciopelo, estaban los "reservados".
La reina del lugar era la comida clásica de la cocina francesa, que se solía acompañar con buenos vinos y champán llegados desde Europa.
Eran concurrentes del lugar Jorge Newbery y Carlos Gardel, que resultó herido en una gresca y una bala le quedó alojada en su cuerpo.
Por su escenario pasaron las orquestas de Roberto Firpo, Canaro, Veron, y Juan Maglio (Pacho). En 1929 se lo demolió.



Ta-Ba-Ris.
Fue inaugurado el 7 de julio de 1924, y la anécdota cuenta que en aquella fría noche de invierno la calefacción central falló y los invitados tuvieron que cenar abrigados con sus tapados y sobretodos. El Tabarís se transformó en uno de los más importantes cabarets y centro de diversión nocturna de la clase alta y bohemia de esa pujante década que se recuerda en todo el mundo como los años locos, siendo el primer lugar público que contó con aire acondicionado en la ciudad. En la planta baja estaba el salón de baile, y en el piso superior el sector de palcos y salones reservados adonde los clientes podían acceder a espectáculos privados con prostitutas de lujo. Entre sus visitantes ilustres estuvieron Eduardo de Windsor (Príncipe de Gales), Orson Welles, Maurice Chevalier, Luigi Pirandello, Carlos Gardel, Federico García Lorca y hasta el Maharajá de Kapurthala.
En 1937, el Teatro-Dancing Tabarís fue remodelado y ampliado por el arquitecto Rafael Sammartino, quien le brindó una estética moderna de líneas sobrias, con columnas de influencia art decó en su fachada vidriada. Desde ese momento, cuenta con una sala principal con un nivel de pullman (suman 551 butacas) y una sala de 160 butacas en el subsuelo apodada petit Tabarís. Dos años después, se inauguraba en el solar vecino el Cine-Teatro Gran Rex, uno de los más importantes de Buenos Aires aún hoy.
En 1981, el Tabarís fue comprado por el empresario Carlos Rottemberg, quien en 1998 lo alquiló a una iglesia evangelista, situación que se extendió hasta 2006, cuando el teatro reabrió y se sumó al circuito de salas que organiza Rottemberg, junto con el Multiteatro y el Liceo.




ROYAL PIGALL:
En Corrientes 825, donde más tarde funcionó el Tabarís. Allí actuaron las orquestas de Roberto Firpo, Francisco Canaro y Eduardo Arolas, entre otros.


TIBIDABO:
Fue un escenario importante ubicado en Corrientes entre Talcahuano y Libertad. Durante años el centro de atracción fue la orquesta de Aníbal Troilo, cuya temporada iba de abril a diciembre. En el resto del año, actuaban otros conjuntos. En 1942 se estrenó allí Los Mareados, con la voz de Francisco Florentino y los arreglos del propio Troilo. Fue demolido en 1955.


Cabaret Casanova:Estaba justo en frente al Marabú. La orquesta de Lucio Demare amenizaba el lugar. Se inauguró en 1931 con la orquesta de Juan Canaro y la jazz de Ian Gregor (Gregor Kalikian), que acompañó a Gardel en sus grabaciones en francés. En este cabaret se presentó la orquesta Los Provincianos, con Ciriaco Ortiz, en las únicas actuaciones en público de esta formación, creada solamente para grabar.



Cabarets del Bajo (Av. Leandro N. Alem)
Otros cabarets eran los del Bajo, frecuentados por marineros de todos los países. Entre ellos el de mayor categoría era el "OCEAN DANCING", que estaba en Leandro Alem 286. En su escenario estuvieron Miguel Caló, Osvaldo Pugliese y fue donde debutó Raul Kaplán con Roberto Goyeneche.
A partir de 1955 ese tipo de cabarets fue desapareciendo. Primero, los cabarets del Bajo, y luego los del Centro, lo que significó una importante pérdida de la fuente de trabajo para los músicos. Llegarían otros, pero sin el brillo ni la elegancia de los primeros.
La Ley de Profilaxis 12331 frenó la trata de blancas disminuyendo la vigencia del Cabaret, que culminó en la década del 50 cuando fueron reemplazados por boites y wiskerías, que sumado a las campañas moralistas y persecuciones del comisario Luis Margaride, contribuyeron al derrumbe de la vida nocturna de ese Buenos Aires que se fue.