miércoles, 17 de julio de 2013
MILONGA ENTRE HOMBRES
sábado, 6 de julio de 2013
BAILES DE CARNAVAL
Con los grandes bailes de carnaval, que en 1921 organizaron los empresarios Alejandro Lombart en "La Ópera" y José Gerino en el "San Martín", se iniciaba otro tradicional acontecimiento artístico en el que el Tango tenía sustancial protagonismo. En aquella oportunidad, Francisco Canaro y Julio de Caro, presentaron orquestas con más de cuarenta integrantes de nutridas filas de bandoneones y violines. De ahí en adelante, los "bailes de Carnaval" de los teatros porteños se convirtieron en las fiestas anuales del tango. Reservaban los autores para tales ocasiones, el estreno de sus obras que de ser aceptadas por el público, alcanzaban luego enormes difusiones de venta
TANGO INDEPENDENCIA
Poco antes del centenario de la independencia Argentina, los festejos fueron centrándose en la rivera del Riachuelo. En los cafetines cantantes del barrio de La Boca, atendidos por camareras que de alguna manera estaban relacionadas con el tango. De todas formas en esos cafetines, no se bailaba, solamente se acudía para escucharlo y así cada noche se congregaban cientos de parroquianos en busca de esa nueva música que aún no había abandonado los suburbios .
Figuras prestigiosas de nuestro mundo artístico y literario como; José Ingenieros, Belisario Roldán, Evaristo Carriego, Joaquín de Vedia, Florencio Sanchez, etc. entre tantos otros, emprendían sus nocturnas incursiones desde el centro de la Ciudad hacia la zona señalada. El medio de transporte eran los usuales coches de caballos de época. El tango que se estrenó para los festejos Patrios fue el que pertenece a Alfredo Bevilacqua al que le llamaban "El pasajero sin boleto" porque nació en 1874 en un tren en marcha del primitivo Ferrocarril del Norte que partía de la Estación Retiro y orillaba el rio por los pueblitos cercanos hasta el barrio de Olivos. Como no podía ser de otra manera el titulo del tango fué "INDEPENDENCIA"
ORGANITOS CALLEJEROS
LOS ORGANITOS CALLEJEROS
Eran épocas en que al tango se lo mantenía aún en cuarentena, no bastaba ese acceso a los salones de bailes populares para su definitiva incorporación a la vida ciudadana. Los músicos contratados para actuar en las fiestas y reuniones familiares, eran vigilados por los dueños de casa, para que entre medio de valses, polkas, mazurcas, shottis, o habaneras no fueran a deslizar algún tango. Pero a pesar de su estricta prohibición en los salones familiares, tubo el tango su noble y romántico introductor en los humildes "organitos callejeros" de la marca Rinaldi. La manera de introducirse en los hogares Porteños, fué por obra y gracia de un acuerdo que se pactó entre las chicas de clase alta y el responsable de la musica callejera. Este señor se arrimaba a las ventanas de las casas que sabía que tenían clientas y allí ejecutaba varios temas que, desde adentro las chicas lo bailaban entre ellas y al finalizar la serenata, le dejaban caer por entre las rendijas de las ventanas, una buena propina que el organillero agradecía.
Eran épocas en que al tango se lo mantenía aún en cuarentena, no bastaba ese acceso a los salones de bailes populares para su definitiva incorporación a la vida ciudadana. Los músicos contratados para actuar en las fiestas y reuniones familiares, eran vigilados por los dueños de casa, para que entre medio de valses, polkas, mazurcas, shottis, o habaneras no fueran a deslizar algún tango. Pero a pesar de su estricta prohibición en los salones familiares, tubo el tango su noble y romántico introductor en los humildes "organitos callejeros" de la marca Rinaldi. La manera de introducirse en los hogares Porteños, fué por obra y gracia de un acuerdo que se pactó entre las chicas de clase alta y el responsable de la musica callejera. Este señor se arrimaba a las ventanas de las casas que sabía que tenían clientas y allí ejecutaba varios temas que, desde adentro las chicas lo bailaban entre ellas y al finalizar la serenata, le dejaban caer por entre las rendijas de las ventanas, una buena propina que el organillero agradecía.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)