martes, 13 de octubre de 2015

LEOPOLDO FEDERICO Y SOSA

julio sosa la cumparsita con leopoldo federico ... - YouTube

www.youtube.com/watch?v=5kcMMoTf4B8

8 feb. 2009 - Subido por cparisi28
JULIO SOSA CANTA LA CUMPARSITA CON EL ACOMPAÑAMIENTO DE LEOPOLDO FEDERICO UNICAMENTE
Afortunadamente nuestro viejo y querido tango sigue viviendo una nueva época de esplendor (aún con los cambios) Si bien en el mundo se han mantenido inalterables, tangos como "A media luz o "La cumparsita", se ha vivido momentos de máximo esplendor con la aparición de Astor Piazzolla o Leopoldo Federico.  El tango recobró su universo igual que el jazz, y muchos paises los han adoptado, reclamando con algunas variantes el derecho de propiedad (Finlandia, etc.) Leopoldo Federico auténtico baluarte tanguero y eximio bandoneonista, es presisamente uno de los pocos músicos "con ángel propio"
       Leopoldo nació en en 1927 y en 1944 cuando aún era un adolescente inició las actividades profesionales con la orquesta de Adamo- Flores, saltando ese mismo año al recordado Cabaret Tabarís con Juan Carlos Cobián.  Grande e intenso fué su paso por la música del Rio de la Plata, pero el verdadero cañonazo fué cuando se unieron con el Uruguayo Julio Sosa.  Caminaron juntos desde 1960, hasta el día que Sosa muere en accidente de tránsito en 1964.

Catulo Castillo

Resultado de imagen de catulo castillo
Cátulo Castillo fué hijo de José Gonzalez Castillo, una de las cumbres de la corriente poética tanguera que tuvo su centro en el barrio de Boedo.  Cátulo Castillo fué uno de los más destacados artístas de los que se dedicaron al género ciudadano.  Baste con mencionar que a lo largo de su vida se desempeñó como músico, pianista, compositor, director, poeta, ensayista publicista, historiador, periodista y libretista. Toda una sólida formación profesional, cultural e intelectual, demostrando una fina sensibilidad alimentada  por su extracción popular.  A juicio de Horacio Ferrer, fué precisamente uno de los intelectuales más originales, más puro y más completo que haya dado Buenos Aires. 
Cátulo Castillo tuvo el don envidiable de saber administrar el tiempo, ya que a todos los oficios enumerados, hay que agregarle un intenso trabajo gremial sobre los derechos de autor y además se metió en el mundo de boxeo.  Con más de 80 peleas como peso pluma en el terreno amateur, llegó a ser seleccionado para representar a Argentina en los Juegos Olímpicos de Amsterdam en 1924.