LA COSTURERITA QUE DIÓ AQUEL MAL PASO
Regresamos imaginariamente a fines del siglo XIX y comienzos del XX, hasta los dias del centenario. Allí una vez que la clase alta de Buenos Aires, abandona la costumbre de frecuentar los prostíbulos, adopta una nueva manera de acercarse al sexo opuesto y opta por tener una mantenida a la que le pone un pisito para su disfrute y la prostitución se transforma. La nueva clase gobernante se amolda a las presiones formales del poder e imita a sus predecesores. Aparecen nuevos apellidos, extraños hasta entonces en los círculos de la aristocracia, y aunque son mirados con burlas y recelo debido a su militancia Radical, poco a poco se agregan al estrato que dirigió el país a lo largo de un siglo. Tener una Francesa en una "garconiere" (según el tango "A media luz", es de buen tono, pero no faltan las nativas jóvenes, como "la costurerita que dió aquel mal paso" mentada por Carriego
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