AGENCIAS
Madrid, 5 abr (EFE).- El tango es el elemento nostálgico por excelencia de los argentinos y con ese concepto juega Marina Seresesky para montar la preciosa historia de "Empieza el baile", que viaja de España a Argentina en un recorrido marcado por la amistad y el amor y que llega hoy a los cines españoles.
"'Empieza el baile' es una comedia amarga, que transita por la ironía y la ternura sin perder contacto con la realidad. El humor es la forma que tienen nuestros tres personajes principales, de relacionarse y esconder sus sentimientos".
Así explica la directora su tercer largometraje tras "La puerta abierta" (2016) y "Lo nunca visto" (2017).
Asentada en España desde hace casi 20 años, Seresesky ha querido volcar en "Empieza el baile" la nostalgia que siente por su país, por el mate, la música o el tango, que había apartado de su vida española.
Fue un documental sobre dos grandes bailarines porteños lo que le impulsó a montar esta película, como explicaba a Efe en el Festival de Málaga, donde se llevó el galardón a mejor interpretación masculina de reparto para Jorge Marralde y el premio del público.
Marralde interpreta a Pichuquito, el bandoneonista y amigo fiel de una pareja de bailarines que vivieron una época de gloria en un pasado ya lejano. Son Carlos (Dario Grandinetti) y Margarita (Mercedes Morán).
Los tres rondan los setenta y Carlos vive en Madrid, retirado del baile. Un día recibe una llamada que le anuncia la muerte de Margarita, que fue además de su pareja de baile, su gran amor de juventud. Es el inicio de un viaje hacia su pasado y sus recuerdos.
Una película que es una tragicomedia con formato 'road-movie' y que enfrenta la luminosidad con "una realidad áspera y silenciosa, sin artificios", en palabras de la directora.
El trabajo de los tres actores funciona como un mecanismo de relojería, con réplicas perfectas en cada momento, ayudados por un sólido guion que en 2017 recibió el Premio SGAE de Guion para Largometraje Julio Alejandro.
Rodada entre Madrid, Buenos Aires y los espectaculares paisajes de Rosario y Mendoza, "Empieza el baile" ayudó a la directora a recuperar su argentinidad con una historia que representa "un género rioplatense, el grotesco, donde todo es tragicómico a la vez".
"Empieza el baile" es, como dice Seresesky, humor, música, baile, ternura, amor de lo más variado..", pero también lleva una carga de profundidad contra el olvido de los que un día fueron héroes y una reivindicación de Astor Piazzolla y de una vida anterior que ya no está, pero se puede recordar. EFE
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