viernes, 12 de abril de 2013
LA BEBIDA EN LOS TANGOS
En las letras del tango existe una asociación permanente entre el amor no correspondido y el alcohol. Casi como una fatalidad, ese estado confusional y caótico está emparentado con la noche, esa noche que siempre es un fantasma atractivo y la franja horaria en la cuál transcurren muchos relatos. Generalmente se asocian entre el protagonismo masculino, la evasión que lo lastima mucho en lo íntimo y lo rebaja como ser humano, también aparece que "ella" es la culpable de su derrumbe acelerado por la bebida. Uno de los tantos tangos que elijo para describir esta situación es el que escribió Romero, donde apela a esta escena. "Dicen mis amigos, que mi vino estriste,...que no tengo aguante, ya para el licor" De la misma manera se podría enumerar cantidades de títulos con la misma problemática, citando el tango de De Grandis "Amurado" Cuantas noches voy vagando,..angustiado y silencioso,..recordando mi pasado con mi amiga la ilusión,...voy en curda no lo niego,..que será muy vergonzoso,..pero llevo más en curda, a mi pobre corazón" Las referencias utilizadas por los poetas revelan las bebidas de cada época como: "la caña", "el pernod", "el ajenjo", el champán o simplemente el vino de todas las épocas.
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