jueves, 11 de abril de 2013

LOS BURDELES DEL TANGO


Las ejecuciones de tangos en los burdeles, estaban a cargo de simples padres de familia que tocaban con seriedad profesional, divirtiendo a la clientela que esperaba los servicios de las mujeres.
Al principio fueron trios de flauta violín y guitarra, hasta que el progreso llevó el organito y la pianola. En este medio de "Quilombos y Cafés", lugares de baile y peringundines se escriben sobre 1880 las primeras partituras de tangos. Algunos de ellos llevaron el titulo de; "La Casera", "Andáte a la Recoleta", Señor Comisario", "Entrada prohibida", El Porteñito, "El Queco" y otros. 
Posteriormente salieron algunos titulos de tangos memorables que hasta el día de hoy perduran como; "El Entrerriano", escrito en 1887 por Rosendo Mendizaval y "Don Juan", que escribió Ernesto Ponzio en el año 1898.
Entre los prostibulos más conocidos de la época, se encontraban el de Concepción Amaya, en la calle Lavalle al 2177 y, en la calle Junín "Vieja Tangara y Marieta".
     A estos prostibulos porteños de la calle Libertad, Junin y Lavalle, concurrían para matizar sus orgías, los llamados "niños bien" de la alta sociedad.  Acudían en patotas, armados, e interrumpían, la mayoría de las veces a tiro limpio.  Llegaban con sus carruajes, sus esmókings y la infaltable porción de cocaina. La clase alta Argentina, conoció alli en esos burdeles al "Tango" entre mezclas de champagne y coca.

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