domingo, 21 de abril de 2013
LAS MUJERES EN LOS INICIOS DEL TANGO
Mucha gente, tomando al pié de la letra el poema que Julio Sosa, hace mientras se escucha La Cumparsita, hace que se extralimite la figura del varón en las historias que el tango ha dejado como legado social. La mujer es algo más que la musa que inspira a desgarradas letras de amoríos en los tangos. "La inmigración aporta una valoración de la mujer a través de la familia, que, la convierte en instrumento en el cambio de la estructura tradicional. Parecería que la familia (a decir de Arturo Jaureche) no estubiera valorizada antes de que llegara la gran inmigración a Argentina. Ante estas afirmaciones, se supone que la mujer, no fué lo suficientemente valorada, ya que según los estamentos sociales argentinos, la ilegitimidad era bastante corriente en las "clases bajas", especialmente en el campo, donde la mujer era poseida por el patrón, el administrador de la estancia donde trabajaba o simplemente "robada" por el gaucho que luego la hacía su compañera. La valorización del matrimonio aparece en las clases bajas con la llegada del inmigrante, (especialmente el Español y el Italiano) de esta manera, la mujer criolla (nativa) se revaloriza y se integra como motor de la nueva sociedad. Estas mujeres que tratan de conquistar al gringo para que les de seguridad de familia legítima, será una exigencia que más adelante se la pedirían a los criollos nativos. Basada en la admiración del hombre y la entrega de la mujer, la nueva figura deberá convivir en los patios de los "Conventillos" con otras figuras que completarán el cuadro femenino.
Allí, en ese patio germinó la sociedad porteña futura, se juntaron con el hombre, desde la mesa hasta la cama, desde la fiesta familiar hasta las huelgas por mejores salarios, allí serían junto con el resto de la comunidad conventilleril, gestoras y testigos partícipes del tango y su historia.
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