domingo, 3 de febrero de 2013
BARRIO DE MATADEROS
Hacia 1980 del siglo pasado, Buenos Aires era una gran aldea que presumía de ciudad cosmopolita, algo así como un París Sudamericano por no compararlo con Nueva York. Los arrabales habitados por gentes pobres y maleantes estaban en sitios donde hoy se puede considerar el centro de Buenos Aires. Carros y chatas con ruedas de hierro, llegaban desde el interior de la pampa húmeda deteniéndose en la gran plaza y los alrededores. Los carreros y cuarteadores acampaban el los lugares cercanos donde inmediatamente se integraban a los lugares de diversión merecida.
Así entre la llegada y la nueva partida se entretenían con mate, bailes y chinas deseosas de compartir hombre y plata fresca. Los burdeles que estaban instalados en los alrededores eran una fiesta permanente con asistencia de gente de avería, matones a sueldo, guardaespaldas de políticos, marineros ocasionales, soldados, guitarreros, payadores y chinas cuarteleras entre otros.
En una plaza denominada "Plaza Miserere" sabían detenerse las carretas de una empresa llamada "Langalay". Los carreros vestían pantalones acortados y alpargatas que adornaban con grandes moños colorados mientras que sabían cantar una compadrada que alguien anónimo compuso ocasionalmente. La cantaban en ritmo de milonga que abundaba en esas épocas y decía así.
SOY CARRERO DE LA ADUANA,
DE LA TOPA E LANGALAY
TENGO UNA CHATA DE COLA
QUE SOLO LE FALTA HABLAR
EN EL CORSO DE LAS FLORES
NO LA DEJARON ENTRAR
PORQUE DE FIJO MI CHATA
EL PREMIO SE IBA A SACAR
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