Aunque para los avisados su excelente timbre y casi perfecta afinación no eran novedad, porque habia cantado y grabado con Troilo algunas versiones memorables, para la mayoría Roberto Goyeneche era uno más entre los muchos cantores que con distinta suerte ejercían su oficio a finales de los sesenta. Pero en 1968 coincidieron varios factores que dieron inicio al mayor fenomeno tanguero de los ultimos lustros. Un disco que recogía como "Fuimos", "Mimí Pinsón", "Malena", "Cafetín de Buenos Aires" y "El dia que me quieras", fué el toque de alerta. Firme en sus actuaciones diarias en el local nocturno "Caño 14", que junto al "Viejo Almacén" fundaron el hábito porteño de reunirse a escuchar tangos por las noches, fué reconocido en la revista Confirmado sin dudas ni retaceos; "Goyeneche, la mejor voz del Tango". El Polaco comentaba ante esta nota periodistica; "Yo siempre canté así, y ahora que estoy reventado me viene el laburo". La queja podía ser válida en cuanto a su voz, pero lo que no decía el cantor, era que recién en ese momento había comenzado a tocar las fibras intimas de los porteños.
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