Gloria y Eduardo Arquimbau marido y mujer, famosa pareja de baile- cumplen cincuenta años de actividad profesional. En el curso de ese medio siglo hicieron todo lo que concierne al tango; o mejor dicho, todo lo que verdaderamente cuenta: bailaron con las orquestas de Francisco Canaro, Juan D’Arienzo, Aníbal Troilo, Osvaldo Pugliese; hicieron largas y exitosas temporadas en aquella televisión que le daba lugar al género; fueron dirigidos por David Stivel; se presentaron en el célebre show de Ed Sullivan en los Estados Unidos, formaron parte de la legendaria revista musical Tango Argentino, viajaron innumerables veces a Japón, crearon sus propios espectáculos allí y en Buenos Aires.
Pero antes, mucho antes, Eduardo era sólo un pibe de Parque Patricios que frecuentaba las milongas del barrio con su grupo de amigos. Gloria, diez años menor, era hija de una familia vecina y estudiaba desde pequeñita ballet clásico, danzas españolas y zapateo americano.
Eduardo, que es un coreógrafo de mucha experiencia y un profundo conocedor de la evolución y estilos del baile, aprendió a bailar por casualidad:"Tenía cerca de trece años y un amigo me preguntó si podía aprender tango en mi casa. Era la época de los carnavales, momento en que los muchachos necesitaban saber algo de baile. Vino un vecino a enseñarle, y yo me ofrecí a pasarles la música. Pero el pibe que quería aprender era tan malo que el otro me decía `vení, vení vos’. A mí no me interesaba; pero tanto insistió que finalmente acepté. A fuerza de mirar había aprendido un poco.
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